miércoles, 30 de diciembre de 2009

Atrápame si puedes

Atrápame vida porque me resisto, déjame vivir como debo de vivir y sufrir como tengo que hacerlo, permite que llore si es necesario o que ría hasta las lágrimas cada que se dé... pero atrápame toda para disfrutar cada instante como si fuera el último y cada despertar como si fuera el primero.

lunes, 10 de agosto de 2009

y porqué no...

Aquí estas de nuevo
no se cómo es que llegaste, pero
el mundo giró y nos puso en el mismo sitio.

Qué ironías de la vida,
que locuras del camino
que jugadas tan inesperadas.

No se que es lo viene,
ni lo que me espera,
no se de que color son tus ojos cuando te enojas
o de que tono se pone tu piel con el sol
pero que lindo es pensar que piensas en mi,
que bien se siente pensarte.

Quiero crear nuevos mundos a tu lado
sin imaginar siquiera en que se desvanecerán.
No importa lo que venga, no importa si sufro,
no importa si no llega, si es en silencio
o en voz alta. Quiero crearlos.

Quiero verlo, palparlo
quiero atreverme a estar ahí
dejando los "hubiera" de lado
dejándo los "a la mejor" atrás.

No me importa que es lo que pase mañana
más vale vivir viviendo, que morir deseando.

Yo si quiero. Yo lo intento.

lunes, 29 de junio de 2009

EL SECRETO

Hay dos tipos de amigos en esta vida, los amigos con los que creces y el destino puso en tu camino, de los cuales aprendes y te aferras de vez en cuando; y los amigos del alma, que son los que escoges cuando vas madurando y son ellos los que te hacen darte cuenta realmente de lo que vales, lo que eres y de lo que quieres ser, pues estos, "los amigos del alma", son tu reflejo y tu grano de arena en las playas de las buenas amistades.
Ante esto no hay mejor combinación que un amigo de la vida, convertido después en amigo del alma.
Así es mi amigo Beto, del cual obtuve el siguiente texto. Y en honor a tan agraciada forma de ser y de expresar todo lo que llevas dentro, me permito amigo hacer publico esto que tu me dejaste mostrar. (Gracias por contarme algunos de tus secretos)


EL SECRETO

Hace algunos años, unos amigos de la prepa me invitaron a lo que sería una reunión de ex alumnos, la verdad es que yo no estaba muy interesado en asistir pero al final, por curiosidad, fui. No hubo muchos, quizá éramos unos 8 o 9, pero entre ellos estaba una compañera a la que casi nadie pelaba y que no era, para nada, guapa. Tras platicar y brindar con algunos tequilas la fiesta fue subiendo de tono y comenzaron las preguntas indiscretas, cuando le tocó el turno a esta compañera le preguntaron que quien había sido su amor platónico durante la prepa a lo que respondió sin titubeos que había sido y seguía siendo yo.
Todos entonaron el clásico sonido de burla mientras ella se me quedaba mirando de una manera muy extraña, como intentando decirme algo. La fiesta continuo y en algún momento ella se me acerco y me pidió mi numero celular con el pretexto de estar haciendo una lista de todos los ahí presentes, sin problema le di mi numero y continúe brindando. Aproximadamente a la media hora sonó mi celular, cuál sería mi sorpresa, era ella quien me escribía, me decía que tenía un sueño desde la prepa y que quería volverlo realidad esa misma noche, que quería pasar el resto de la noche conmigo, que si estaba interesado por favor le escribiera de regreso y que en caso contrario no respondiera, que ella actuaria como si nada hubiera sucedido.
Algo extraño sucedió en mi cabeza, aun no sé por qué, pero me puse a pensar en cuantas veces había yo soñado estar con una chava de la misma prepa y que al final, por razones estúpidas, nunca lo había intentado y me había quedado con ese sueño… pensé que si ese era un sueño para ella y en mis manos estaba volverlo realidad, pues no había nada que perder, que los dos saldríamos ganando. Le conteste que si estaba interesado que contaba conmigo para lo que restaba de la noche. Mientras tanto la fiesta seguía a todo vapor y nadie sospechaba nada.
Yo seguí tomando, nervioso, sin saber que sucedería. A la media hora un mesero me trajo una nota, en ella se podía ver un croquis y el nombre de un motel, más abajo decía: “pregunta en que habitación estoy, nos vemos en 45 minutos”. En ese momento se levantó, comenzó a despedirse de los demás y cuando llego mi turno me dijo rápidamente, “no me dejes plantada eh!”.
El lugar no estaba lejos, calculé que me tomaría unos 10 minutos llegar, decidí seguir platicando con los demás pero me fue imposible, cientos de preguntas llegaban a mi cabeza y no quería responderlas, no quería dejar que la razón entrara en acción. Miré mi reloj, si quería llegar debía comenzar a despedirme, apure mi trago y entre abrazos, besos y clásicas frases de no te pierdas emprendí la graciosa huida.
Subí a mi auto, tracé en mi mente la ruta más corta y, con nerviosismo, emprendí el camino. Llegue al mentado lugar, pensé que quizá todo podía ser una broma, si era así entonces aprovecharía y pasaría la noche ahí, no tenía pensado regresar a Puebla hasta el día siguiente y en algún lugar tenía que dormir. Pregunte por ella y, para mi sorpresa, me dijeron en que habitación estaba, no recuerdo el numero, deje mi auto cerca de la entrada y caminé, toque la puerta y ahí estaba, sonriendo.
Pasé a la habitación, me dio un caballito con tequila, me senté en la cama y cuando iba a decirle algo, ella se me adelantó. Con la cara serena, mirándome a los ojos y con una voz que denotaba mucha seguridad me dijo: “Alberto, siempre he estado enamorada de ti y no pienso dejar pasar esta oportunidad, quiero estar contigo esta noche y quiero pedirte una cosa más”.
Mi mente comenzó a trabajar rápidamente pero jamás me esperé lo que me dijo a continuación: “Quiero tener un hijo tuyo”. No estoy seguro de cuál fue mi reacción pero debí de haber puesto una cara muy fuera de lo normal porque me dijo: “No te preocupes, no quiero una relación contigo, no quiero nada, solo quiero un hijo tuyo para poder recordarte el resto de mi vida”.


Me dolía mucho la cabeza, me costaba trabajo abrir los ojos y cuando al fin me pude incorporar noté que estaba solo, ya era de día y sobre la mesa había una nota, decía: “Gracias Alberto”.



Hasta la fecha no recuerdo bien que fue lo que sucedió y no lo pienso mucho.

martes, 16 de junio de 2009

No era tan imposible, simplemente no era para mi...

Primero les doy un poco de historia.

Esto lo escribí un 29 de marzo del 2005, apenas regresaba con el hombre al cual he amado más en mi vida y por el cual dejé muchas cosas imperdonables de lado. Su amor me trajo cientos de enseñanzas, entre ellas el dolor.

Por aquellos tiempos a su lado y porque se que jamás lo va a leer y porque nuestras vidas ya tienen un camino diferente es que lo publico. No se si todavía me duela, pero lo que se es que su recuerdo siempre viene a mi mente en noches como hoy, con lluvia y olor a tierra mojada.



Para ti. G.


¿Porqué es tan imposible el amor?,
porqué ahora que te tengo no puedo tenerte,
porqué los verdaderos amores siempre son imposibles y acaban en lágrimas torrenciales con recuerdos por doquier,
¿porqué se vuelve tan complicado amarte?.

El destino nos junta pero también nos separa, nos recuerda que estamos hechos el uno para el otro pero que la vida no nos congenió,
que todo está en contra nuestra, pero que irónicamente nos seguimos amando,
que duele amar de esta manera tan silenciosa
con esta impotencia que se carga en las manos
y que se olvida cuando estamos juntos.

A puerta cerrada nada existe, ni nadie,
sólo juntos vencemos el mundo
juntos creamos nuestro propio universo
y nos volvemos invencibles,
pero en realidad que vulnerables somos,
porque cualquier cosa nos puede destruir.

Y a pesar de que sabemos que esto dolerá
y que terminará y que las lágrimas no se acabarán
nos estamos dando la oportunidad de sanarnos el alma
con los besos y la luz de nuestros pocos despertares juntos.

Por que es tan fácil solucionar mi vida
y solventar todas las complicaciones que se interpongan,
pero qué difícil es encontrar algo que suplante tu presencia.

Por eso quiero disfrutar cada segundo a tu lado
cada milímetro de tu piel
cada experiencia vivida y sueño realizado
porque se que un día despertaré y no estarás más conmigo.

Por que pocos tienen la capacidad de amar de esta manera
y son los menos los que corren con la suerte de encontrar
a su igual y quiero aprovechar que tu y yo...somos muy afortunados.


GRACIAS POR DARME TAN BUENOS RECUERDOS...

jueves, 11 de junio de 2009

Ese olor a guayaba...




Le despertó un olor a guayaba. Se quedó en cama recordando si había comprado esa fruta en días pasados. No, no tenía guayaba en casa, ¿de dónde venía el olor entonces?. Aún viendo el techo decidió levantarse con la pesadez de la madrugada a cuestas, con apenas unos rayos de luna inmiscuyéndose por las rendijas de las cortinas que le mostraban el camino a la cocina.
Husmeó por los trastes y el refrigerador, el olor era más intenso, pero ni rastros de las bolas amarillas con semillas. Desistió de la búsqueda pensando que el sueño le jugaba una mala treta.
Sus pies descalzos pisaron algo húmedo y terso, eran boronas de pan. Desperdigados en todo el piso había trozos completos de pan blanco, con rasgos evidentes de desesperación al romperlos y marcas de garras en la bolsa de plástico.
Extrañada por tal acontecimiento se acercó para observar detalladamente las huellas en los pedazos sobrantes, su estómago empezó a sentir una especie de angustia singular por lo desconocido.
Un ruido la sacó de su absorta fijación, se enderezó con un sobresalto, era evidente que “algo” caminaba en la otra habitación. El olor a guayaba se intensificó en sus fosas nasales mientras la oscuridad formaba cientos de sombras al final de su mirada. Se acercó lentamente sintiendo un nervio que no la dejaba apoyar bien sus pies, sus manos temblaban y su mirada se forzaba por encontrar algo entre la poca luz “lunar” que apenas se divisaba.
Una sombra llamó inmediatamente su atención, cruzo pequeña pero ágil por debajo de las sillas que le sirvieron de resguardo.
Encendió la luz, y se asomó bajo la mesa para descubrirlo...
Ahí estaba, negro, enorme, sentado con las patas delanteras entre las traseras dejando ver su enorme abdomen color blanco, viéndola directamente a los ojos.
Este gato no se inmutó en lo absoluto de su presencia, ni de la luz apenas encendida, la observó con una altanería casi insultante, con una mirada retadora y penetrante que dejaba ver su poco miedo y sus pocas ganas de irse. Levantó su pezuña izquierda, la lamió sin angustia alguna, su hocico tenía pequeñas semillas de guayaba y sus patas pan blanco, aún así no dejaba de observarla.
Se levantó y cruzó frente a ella caminando erguido, casi burlándose de su opositora, mostrando su pelaje sucio y áspero, se dejó ir hasta la ventana, no sin antes voltear y a punto de lanzarse fuera de la casa le mostró los dientes alzando su espalda y erizando su pelambre.
Se fue y dejó en la habitación una sensación de derrota.
Ella tardó en recuperarse, cerró la ventana, regresó a su cama, se tapó de nuevo y empezó a acomodar su cuerpo entre las cobijas. Algo encontraron sus manos, eran semillas, semillas pequeñas, las llevó a su nariz y un lastimero perdurable y fuerte olor a dulce de fruta le llegó hasta la garganta, un olor que evidentemente era de Guayaba.

domingo, 7 de junio de 2009

Esta alma mía..



Qué fácil es perdernos en brazos que no nos corresponden
en sueños construidos sobre lodo, en pensamientos jamás hablados.

Basta un momento de ilusión y arrebato para cruzar la línea,
para sufrir un quebranto y aprender que algunos corazones
suelen equivocarse y reflejan amor cuando lo que tienen es soledad.


Y es que esta alma mía es de las que se vacía con brazos fríos, es de las almas que no pueden
enfrentarse al aprieto de entregar cuerpo sin amor y el amor sin cuerpo.


Esta alma necía pierden fuerza en esos encuentros, se debilita al no encontrar su alimento,
porque necesita las palabras que vienen de dentro, las que salen de la parte
central de estómago y cruzan el cuerpo entero para decir un "Te amo",
se retroalimenta de los besos que vienen acompañados de deliciosos recuerdos
y saca su fuerza de las caricias tiernas, amables...eternas.


Habemos almas que nos debilitamos cuando encontramos abrazos rotos,
brazos que no dan, ni ofrecen, sólo quitan. Exprimen esa esponja que llenamos de amor,
la secan y se llevan todo sin voltear atrás.

Pero, hay algo maravilloso con estas almas,
aunque sufran, aunque les duela,
aunque lloren, siempre se recuperan y aprenden...

Y las otras, las que sólo quitan,
permaneceran vacías y es que todos se les escapa
porque ni siquiera se dan cuenta,
lo rotas que estan.



miércoles, 27 de mayo de 2009

Estaba perdida

Perdí por un momento la noción de las cosas y me cuatrapie varías veces al caminar a mi destino.
Hoy me di cuenta que en realidad estaba perdida, ciega, descalza.
La vida en si me ha dado más de lo que merezco, me ofrece colores, ruidos, visiones y yo sin darme cuenta de ello, yo fijando mi mirada en otros lados, deambulando tontamente en rincones que no son míos.
Mi vida está aquí, no adelante, es el ahora, no el pasado.
Agradecimiento es lo que debería de dar, no tristeza.
Esta vida de la que a veces reniego, me ha regalado dos ángeles, dos mundos diferentes y visiones distintas de su ser, admirables, casi intocables, perfectos. Vinieron a enseñarme que amar por sobre todas las cosas no es nada más esperar o criticar o gozar. Amar por sobre todas las cosas se muestra con una mirada, con un gesto, con un "te extraño mami y no quiero colgar", con un "te ves hermosa" en la mañana.
Amar es quererte abrazar después de que regañaste, gritaste y hasta insultaste.
Yo me perdí, me perdí mil horas por otros lados, soñaba con cosas diferentes y mundos paralelos, pensaba que la felicidad estaba fuera, que tendría que salir a buscarla.
No, la felicidad está en casa, esperándome con dos hermosas sonrisas y vidas por compartir. ¿Qué carajos estaba buscando? si mis ángeles piensan en mi todo el tiempo, sueñan con tenerme viva para siempre y me amarán hasta que la existencia termine.
La estupidez no es más que una muestra de lo que nos hace falta, estaba perdida, pero ya me encontré, me faltaba eso, regresar a casa...

Los amo pequeños...

miércoles, 13 de mayo de 2009

Llueve

A lo lejos escucho las gotas que caen en alguna parte de la gran ciudad, llega a irrumpír el silencio, descubro que me gusta el sonido acompañado de la nostalgia que siempre trae la lluvia, esa que me acompaña como alma gemela.
Desprenden de mi mente imágenes que a veces duelen, pero que me hacen sentirme viva, al entender que aunque no estas presente físicamente, tu esencia la llevo siempre conmigo.
La lluvia te trae siempre de vuelta y así puedo tocarte en mis pensamientos. Te apareces igual que ella, de repente y sin aviso, cuando así sucede mi alma queda llena de ti, aunque estés en otro lado, cuando llueve estas conmigo y la nostalgia se secará como lo harán las gotas de lluvia.
Y tu esencia se quedará igual que el olor a tierra mojada
Esta noche estas en alguna parte de la ciudad, como las gotas de agua que escucho a lo lejos...



ESTE TEXTO FUE CREADO POR DOS MENTES UNIDAS POR UNA LLAMADA TELEFÓNICA... PUBLICADO AL MISMO TIEMPO.

Mi angel de la guarda

Se que existen los Ángeles de la guarda, se que Dios los manda a la tierra en forma de humanos y que además nos hace encontrarlos en nuestros caminos para llamarlos “destinos” y jamás sospechar que fueron enviados especialmente para nosotros, para cuidarnos, para apoyarnos y querernos. Yo tengo uno desde hace más de 10 años, diario hablo con él en las noches y le platico mis desventuras, afortunadamente este ángel siempre me contesta con total y absoluta sinceridad, “para eso somos” –me dice siempre que le doy las gracias por su paciencia-.”y no me des las gracias” –termina diciendo en forma molesta.
Me gusta su presencia en mi vida, es más, me complementa, es como esa parte que no ves pero sabes que siempre está ahí, como una sombra que ayuda.
Y a pesar de que hemos pasado por baches, por incomprensiones por mi falta de atención en algunas cosas, mi angelito permanece. Siempre ha estado ahí para escucharme llorar y acompañarme en las risas y esperanzas, para darme palabras de aliento y planear atrocidades que logramos conseguir con una enorme sonrisa. He crecido a lado de él.

Ahora que lo pienso, que parecida soy a mi ángel.

Y es que he aprendido más de él que de algunos de mi propia sangre, me hace descubrir día con día que la vida es fácil y placentera, siempre y cuando pongas en la balanza las cosas primordiales de tu existencia.

Ah que sería de nosotros sin ellos, el mío por lo menos es fuerte, inteligente, con un carisma impresionante, con una dignidad de la que hay que aprender a diario, “siempre la cabeza en alto”, suele decir cuando las cosas van mal.

Mi ángel tiene nombre femenino y se llama Claudia, la traduzco como mi mejor amiga, pero se que en verdad es un ángel que Dios me mandó.

Gracias Cayita por ser parte de mi vida.

viernes, 8 de mayo de 2009

Perdone usted señor...


Perdón señor por la tristeza
esa que llevo dentro ya casi sin sentir,
perdón por los labios marchitos por la larga soledad
y disculpe las molestias que este corazón lastimado le ocasiona.
No pretendo ni siquiera molestarlo en su encanto, pero
no soy lo que parezco.
Esta alma tan juvenil y risueña tiene historia,
pero sería un atrevimiento contarla, sólo podría dejar a la vista
las heridas que el viento del pasado me dejo.
De todos modos no permitiré que escriba mi nombre en su recuerdo,
con la pluma que usted lo haga, con esa misma,
se abrirá después las venas y se convertirá en un simple triste más.

Eso no, su corazón tan sano no lo soportaría,
además me odiaría adorablemente por siempre,
y no me resistiré ante semejante platillo.

Perdone usted por las manos heladas de tan poco tocar
y disculpe si le ocasioné sueños nocturnos,
no era mi intención cruzarme en su destino.

Así que hasta aquí llego en su camino,
me encantaría conocerlo en su vida entera
y es por eso mi vergüenza, pero quiero disfrutar hasta las lágrimas de
mi tristeza, para después comenzar de nuevo, aunque sea de a poco,
pero hay que disfrutarla, porque después...después desaparece sin siquiera darnos cuenta.

martes, 5 de mayo de 2009

Toño

Le conocí en una mañana soleada de domingo, en las canchas de básquet cerca de mi casa, yo jugaba con mis primos y el daba vueltas en su bici azul alrededor de nosotros. De repente se acercó y nos dijo que acababa de mudarse al vecindario, que vivía en la casa roja de la esquina y pidió jugar con el equipo. A partir de ahí Toño se convirtió, primero en amigo inseparable de los primos y después de mi.
Toño tenía unos chinos enormes por cabello, era moreno y sumamente delgado, unos ojos grandes sobresalían de su rostro, pero lo mejor que tenía Toño es que era excelente amigo.
De repente llegaba a mi casa con papas y refrescos y veíamos la tele hasta que su mamá lo llamara. Lo besé infinidad de veces en los juegos de Botella, fue mi chambelán en mis quince años, debutamos juntos como actores en la obra de teatro del curso de verano, íbamos juntos al deportivo y me esperaba a diario una hora para que no me regresara sola.
No había amor, era amistad, sincera, de niños.
Toño fue la primera imagen masculina fuera de mi familia, el me enseñó que la moda no era la que veíamos en la tele sino la que mejor te quedaba con un simple gesto, me mostró que el dinero no valía nada y menos si no venía acompañado de su padre que lo visitaba cada que se acordaba de él. Él me hizo disfrutar las tardes soleadas con el viento en mi cara sobre las bicis o tocar timbres de los vecinos y accionar las alarmas de todos los carros de la cerrada donde vivíamos. Éramos inseparables. Éramos amigos.
Todo terminó poco a poco cuando conocí al que ahora es mi ex marido, quien abrumado por sus celos desesperados y enfermos me pidió,¡me exigió!, que como muestra del gran amor que le tenía hiciera (botara) a un lado a mi gran amigo. Y lo hice, y lo perdí.
No respondí a sus llamadas, no abrí la puerta, se cansó de saludarme a lo lejos. La última vez que estuve sola con el fue en la casa de los primos y me regresó de prisa un suéter que le había prestado, sin decir palabra, con una mirada más de enojo que de tristeza, más de desconcierto que de reproche.
Y así pasó la vida y así crecimos los dos, aun después de divorciada nunca he tenido el valor de pedirle perdón o de hablarle siquiera.
Sigue viviendo en la casa roja de la esquina y de vez en cuando lo veo con su traje oscuro y su cabello corto.
Ya no existo.
Y cada que me lo topo me vienen a la mente esos recuerdos de infancia, en los que curiosamente aparece en todos y cada uno de ellos. Y ahí sigue Toño en su bici azul, con sus enormes bucles negros sobre su cara dando vueltas alrededor de nosotros.

jueves, 30 de abril de 2009

Mi vida dentro


Mañana es el cumpleaños de mi hijo, cumple siete, no hubo día en la semana que no me hablara por teléfono llorando a la oficina exigiendo una fiesta de cumpleaños. Odia con toda su alma a un virus que no conoce y dice que si ese “animalito” osa entrar a casa lo aplastará como a una cucaracha y lo golpeará con sus puños hasta dejarlo muerto con tal de salvarnos a su hermana y a mi.

Mientras tanto mi hija mayor ya se cansó de “operar” a todos los muñecos, ya le dio consulta a su hermano, a su nana, a la vecinita que va a jugar “mientras esto dure” y a mí por las tardes. De sus “enfermos” ninguno está contaminado de la influenza, dice que si se le mueren ¿a quien le va a dar consulta?, así que diario les inventa a los peluches enfermedades diferentes. Además me contó, que “estaría bien” inventar un aparato que detecte a los enfermos y que los torne de un color diferente: rojo para los infectados y rosa para los sanos. Le dije que me gustaba la idea, pero que lo veía imposible. Un día después corrió a decirme que “su” aparato estaban siendo usando en el aeropuerto detectando la enfermedad de la gente. (en realidad sólo detecta la temperatura de las personas, aunque tuvo razón, no era tan descabellada su idea).

“¡Te juro que me aguanto la respiración!”, me dijo mi hijo el día que le cancelé la visita a la casa de su tío. Su plan consistía en correr de la casa al auto sin respirar, llevarlos a la casa del tío y aplicar la misma técnica para entrar en su departamento. Su hermana se rió de sus planes y se los tiró diciéndole que si eso se pudiera hacer tendrían entonces que ir a la escuela, el niño no volvió a ventilar su idea.

Con una enorme cara de aburrimiento y fiaca me preguntaron si las cosas en las calles son como las pasan en la tele, les dije que sí, “¿y todos traen tapabocas?”, preguntó mi hija,
-sí todos-, le dije ya con una sonrisa en la boca
“¿también tu jefa?”, preguntó mi hijo,
-sí, también mi jefa- le respondí un poco extrañada por la pregunta.
“¿Y también andan los señores con los trajes blancos como de astronautas caminando por las calles?”, volvió a preguntar el niño
–no, no andan caminando como si nada por las calles, están en lugares específicos- le contesté.
“¿Y los que no traen cubrebocas se mueren?”, dijo la niña,
-no, no se mueren, pero si se pueden infectar-
“¿y porqué el que da las noticias no trae?”, preguntó el pequeño,
-porqué está en un lugar cerrado- le respondí de nuevo con cara de extrañeza por su pregunta.
“¿Me llevas a ver a los señores con trajes de astronautas porfis?”, me dijo el niño poniendo cara de cachorrito tierno.
-¡no!, le contesté, -ya te dije que no es bueno que salgan ahorita-.

Mientras la vida continúa en la oficina recibo una llamada telefónica: “¡Mamá, hoy es el día del niño, ¿me vas a traer un regalo?!”, me dijo mi hija,
-sí, claro- le respondí, -¿qué quieres?,
“¡hay no sé, lo que quieras!”,
“¡Mamá, yo sí sé que quiero!, dijo mi hijo interrumpiendo por la otra bocina,
-¿qué quieres?- le pregunté pensando que su respuesta sería un carro de hot weels o un mono del hombre araña.
“¡Quiero un traje de astronauta como los que están usando los señores de la calle, así me llevas con mi tío y me haces mi fiesta!”.

No supe que respuesta darle, ante esa misiva decidí hacerle pastel con mis papás, la vecinita y el tío. Y pensé en comprarle una “paciente” nueva a mi hija. Todo lo que sea necesario para que dejen de imaginarse cosas terribles a las afueras de su casa.
Al final de cuentas están recluidos y son niños, y hoy es su día y mañana su cumpleaños. Y lo peor es que lo real seguramente supera lo que ellos imaginan. Dejémoslo así.

domingo, 26 de abril de 2009

La lluvia ameniza mis mañanas

Ahí estoy yo, sentada en una banca en medio de la nada, es tarde, creo, no concibo determinar la hora, pero, no importa, la lluvia a empezado a amenizar el día, cruzo la pierna como queriendo despertarme y recargo mi cara en mi mano como queriendo soñar, las gotas empiezan ya a tocarme, me hacen cerrar los ojos y creer que estoy en otra parte, pretendo estar en otra parte, huele a hierba mojada, de nuevo huele a él, ¿será?, no, ya se fue, se fue hace tiempo, ni siquiera me percaté en que momento lo liberé, pero me gusta como me siento ahora.
Ahora me detengo a pensar que la nostalgia ya no se clava en mi alma al igual que la soledad no acompaña más a mi vida.
Ahora se siente el viento y el frío se queda a mi lado. De verdad estoy en otra parte.
Escucho unos pasos que se acercan, son unos pasos jóvenes, inteligentes, unos pasos que me agradan y que se sienten a gusto ahí, junto a mi, oliendo la hierba mojada y sintiendo las gotas en su rostro, sin determinar la hora, ni el espacio. Apenas puedo tocar su piel a mi lado y esta temblando, tiene frío, pero lo disfruta, como yo.
Mis ojos se abren lentamente, la lluvia lo cubre todo, todo esta gris, a mi lado esta el hombre de aquellos pasos y yo, yo sólo esperaré a que aclare la tormenta, a que las gotas no se crucen entre nosotros y que el viento no mueva mi cabello, esperaré a verle a la cara con la luz del sol, porque, aunque la lluvia ameniza mis mañanas, con el sol las cosas se ven diferentes…probablemente como son.

viernes, 17 de abril de 2009

Los manjares del amor...

Quisiera ya no sentir mi soledad
pues quiero ya sacar de mis manos la dulzura desaprovechada.

Quisiera soltarme el cabello para alguien que no sea yo
y sufrir las mañanas de frío acompañada por un aroma,
para taparme con los brazos de unas palabras nuevas.

Quiero bailar en las sombras
con unos suspiros alrededor de mi alma
y dejar de pretender que eso del amor no me importa.

Quiero cerrar los ojos
para sentir que el mundo se me viene encima,
y así pretender que con una sola palabra se me arregla la vida.

Quiero llorar de nuevo
hasta que se me seque el alma,
hasta que me amanezcan los dolores,
y creer que muero por dentro.

Quiero pisar sobre mojado,
esperar por las mañanas,
y no querer dormir
hasta que el cansancio me cierre la mente.

Quiero de nuevo soñar,
ver que el alba no puede con mis sueños,
gritar, patear, suspirar...amar.

Quiero extraviarme y regresar llena de historias,
y guardarlas como recuerdos nuevos.

Pero más que cualquier otra cosa:
quiero sentir la brisa en mi cara
y enamorarme de la simple idea
de sentir de nuevo
todos los pesares que me esperan.

Esos pesares que al final del día
se vuelven...los manjares del amor.

miércoles, 8 de abril de 2009

¿Y si la otra parte no hace que pase....?

Hace poco un buen amigo me dijo: "tu tienes que hacer que las cosas pasen, no tienes que esperar a que los demás lo hagan por ti". Tiene razón.
Pero, yo no puedo influenciar en la decisión de los otros, ni me puedo meter en su mente para que piensen en mi o me hablen.
Yo no puedo forzar a que en quien yo dedico mis ideas me dedique las suyas o a quien yo quiero que me quiera. Es simplemente imposible.
Ya me cansé de esperar, de ser yo la primera en hacer las cosas, de soñar despierta y no recibir nada a cambio. Ya no quiero despertar en las noches porque tengo a alguien en la mente. Alguien que ni siquiera tiene la delicadeza de hablar. No, no más.
A partir de mañana inauguro la nueva faceta. A partir de mañana cierro por completo las rendijas que dejaban entrar ilusiones y pensamientos absurdos que no me permitían el buen entendimiento de mi vida, de mi enfoque.
Si alguien llega, si alguien de verdad quiere llegar, lo hará hasta acá, hasta donde estoy, tropezando, aguantando, dando los mismos pasos que yo. Uno a uno.
Sin dejarme sola.
Haciendo simplemente que las cosas pasen, como debe de ser.
Basta de engaños.

Aunque duela,
aunque odie,
aunque no me perdone
aunque no me lo permita.

Por mi lo haré. Me lo merezco...

miércoles, 1 de abril de 2009

En el horizonte...

Como una hermosa musa inalcanzable la veía todas las noches en el horizonte, desde la ventana de su habitación y la soñaba despierto sin quitarle el pensamiento un solo minuto.
Y sorprendido estaba de aquel amor inmaduro que sentía por alguien perfectamente desconocido, alejado, imperturbable y es que esos ojos tan hermosos no pueden ser sino de la mujer más maravillosa del mundo.
Se aprendió sus caminos siguiéndole los pasos, mil veces la vio llorar por los desdenes de una mujer lastimada de amor y le cuidó los sueños cada noche sin perder jamás la pasión, estaba totalmente convencido de que prefería tenerla segura desde la distancia a perderla en la cercanía.
Siempre pasó inadvertido y así continuó su perturbadora existencia a la par de aquella mujer que ni se inmutaba en verlo, era tan petulante su presencia que no se atrevía a enviarle siquiera una palabra al compartir banqueta.
Eran esos momentos, los del encuentro pasajero, los que le dejaban su aroma con el viento agitado, que lo hacían vivir unos instantes más, aunque sea un día para observarla de nuevo para imaginar que sus ojos se cruzan viéndola directo al alma como siempre deseó.
Con el paso de los años y con los cambios de la vida consiguió aunque sea emancipar aquel ardor en el alma, nunca pudo enfrentarla, pero siempre la amo, pasaron tantas mujeres como hojas de otoño, se creó recuerdos como el mejor de los amantes, pero ninguna pudo borrar la imagen de su musa.


Hasta aquel día de invierno en que la vio a lo lejos, con la vejez coqueta asomando por sus ojos, con las hojas cayendo a su lado, con el vaivén de su falda y la brisa distinguida que siempre la acompañaba. No pudo evitar seguirla. Esta vez si cruzaron sus miradas, sonrieron, pero él no pudo hablar –jamás supo porque-, sin embargo se quedó con la mejor sensación que la vida le pudo haber regalado, una sonrisa y una mirada que duró para toda su existencia.


Y ella, ella pensó que tal vez no fue lo suficientemente hermosa para que aquel hombre le dirigiera la palabra, no sólo esa, sino todas las veces, incluso las de antaño cuando lo veía desde la ventana de su habitación mientras lloraba por la falta de amor en su vida, mientras caminaba y se lo topaba en la acera, mientras se lo imaginaba así como ahora, en medio de la impotencia y la ansiedad al final de la calle, en el horizonte...para siempre.

A petición

No sólo se me da escribir de cine, de hecho fue lo segundo que solía escribir. Lo primero fueron mis sentimientos y pensamientos varios.
Alguna vez un escritor (del cual emitiré su nombre por razones personales) me dijo, los escritores decimos en letras, lo que los demás callan en palabras y es una rotunda verdad.
Hoy, a petición de Mau, inicio mi otro blog. Hoy daré de más en mi vida para llenarlo un poco cada día, o cada semana o cada mes. Pero lo que aquí aparezca será, sin duda, una pequeña muestra de lo que en realidad a diario callo, pero que irónicamente aquí puedo expresar.